El pasado sábado, me desperté con ganas de ir a la playa, tomar un poco de sol, y quizás broncearme. Era un lindo día para disfrutar del ardiente sol de verano que nos regala un poco de su energía revitalizante. Al final hubo un cambio de planes, cuando me junté con mis compañeros decidimos comprar unas bolsas negras y usar guantes de laboratorio que nos habían sobrado del año pasado. ¿Para que llevaríamos este tipo de cosas a un día de playa? La respuesta es sencilla, sentimos la necesidad de aportar a nuestra comunidad, de una manera que si bien ya la han ejercido representa una gran consciencia sobre lo que es nuestra sociedad y el ambiente en el que vivimos, y en orden a satisfacer este deseo, decidimos limpiar la playa Venecia, la misma que se encuentra justo al frente del club de playa de nuestro colegio, un lugar donde muchos de nosotros hemos estado y donde se siente el espíritu agustino.
Tengo que admitir que al comienzo, sentimos un poco de "roche", o vergüenza, quizás porque nos sentíamos un poco observados por las personas que nos rodeaban. Pero esta sensación se fue disipando con el tiempo hasta el punto de que ya nos sentíamos parte de esta atmósfera y comenzamos con nuestra labor. Trabajamos alrededor de una hora y media o quizás dos horas en esta concurrida playa, fue impresionante la cantidad de desechos que encontramos en ella. Me pareció increíble como tantas personas podían estar allí sin ver la basura que circundaba su bella playa y que cosas la gente suele desechar en un lugar donde no corresponde. Desde pañales cargados con materia de dudosa procedencia hasta tablas de madera podridas, no me hubiera sorprendido encontrar un cadáver de algún animal, que a Dios gracias no encontramos.
La tarde ya caía, y siendo las cuatro de la tarde ya habíamos llenado 3 bolsas grandes, todas con un peso algo grande , pero no exagerado. Cuando decidimos retirarnos ya ubicamos unos tachos amplios autorizados de la municipalidad del distrito, que vendría a ser Villa El Salvador. Había sido una buena jornada de trabajo y todo salió como lo planeamos. Para ser sincero, ver a otros chicos hacer lo que hicimos anteriormente era fácil, pero no me imaginaba lo demandante y cansado que es limpiar una playa. La arena en todo el cuerpo, el ambiente que llega a dejarte soñoliento después de estar en él por un buen rato típico de las playas y las quemaduras solares no son algo que ellos te digan en cualquier medio donde comuniquen su obra, pero lo importante es como pueden contribuir con el desarrollo ambiental de su comunidad, haciendo algo tan insignificante para algunos o dantesco para otros como es recoger basura de una playa. Algo que nosotros hicimos y de lo que nos sentimos orgullosos mis compañeros y yo.
Vinculación con los objetivos CAS:
- Emprender nuevos desafíos: Limpiar playas era algo nuevo para mí, nunca me imaginé que sería tan difícil y tan "matado" recoger la basura de otros que al final es la basura de todos. Sin duda será una experiencia muy valiosa y que valoraré en un futuro. Y quizás me haga pensar dos veces el hecho de botar alguna envoltura o alguna botella de plástico en alguna playa.
-Trabajar en colaboración con otras personas: El trabajo fue realizado con compañeros de mi promoción que también llevan el programa del diploma y por lo tanto comparten mi visión y misión hasta cierto punto.
-Participar en actividades y proyectos sobre temas de importancia global: La limpieza de las playas, para algunos como dije es algo que puede resultar insignificante o hasta corriente, pero al realizar la actividad tomé consciencia sobre lo que la limpieza y el cuidado de nuestro medio ambiente es.
-Desarrollar nuevas habilidades: En sí, soy una persona que normalmente se avergüenza cuando sale de su burbuja de confort al momento de realizar alguna actividad de esta índole. Pero cada vez voy aprendiendo a convivir como un ciudadano del mundo y esta actividad da una clara manifestación de este hecho.




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