domingo, 22 de marzo de 2015

Bitácora N° 14: ¡Y nos fuimos a la playa!

El otoño nos recibió con una llovizna fuerte por la mañana allá en Llanavilla. Tuve que levantarme temprano, recién sacar el nuevo polo CdD de este año, sacar mi tomatodo de la congeladora, ponerme el bloqueador, y todo para que lleguemos y el agua casi nos llegue a los talones. Eso no fue impedimento para que todos llenos de alegría y unidos como promoción (era la primera vez que veía a tanta gente sobre el podio donde la directora se paraba a hacer las formaciones), podamos presenciar la apertura de la nueva biblioteca construida. Me quedé sorprendido al ver la labor de mis compañeros de la F, y también feliz de haber contribuido también con su construcción habiendo ayudado a la labor de pintado interior.

La tarea del día era limpiar la playa que estaba al fondo del colegio. Era algo que no fue tan distante de mí, ya que el verano pasado también limpiamos junto a mis compañeros una playa que está un poco más al norte que la que limpiamos ayer. Es por esto que ya sabía con lo que posiblemente nos podríamos topar al adentrarnos en la mencionada playa. Ya sabía que los guantes eran necesarios, por lo que le pedí a mi padre unos guantes de cuero que usaba durante su época de marino para poder llevar la actividad sin lastimarme o contaminarme.

Al llegar, nos organizamos todos en los 6 salones, y cada uno teniendo designada un área de limpieza empezamos con la faena. En mi grupo nos encontrábamos Sergio, Aarom, Darío y yo. Y así, nos pusimos a trabajar, aunque el sol no quemara, el bochorno estaba presente, empezábamos a sudar todos; a llenar nuestros pies de arena, algunos a ensuciarse lo que había sido un pulcro polo blanco.

Recuerdo que al momento de llevar una bolsa al centro de acopio, llevé una bolsa llena de basura. Fue cuando una compañera mía dijo que me ensuciaría el polo. Recuerdo textualmente que le dije: "Si este polo no se ensuciara, no valdría la pena". Lo mejor y lo más increíble fue que lo dije espontáneamente. Fue ahí donde me cuestioné si ya le había encontrado un propósito a todo lo que hacemos. Todavía no respondo esta pregunta, pero espero hacerlo.

Tocaban ya las 12 y todos estábamos cansados, todas las botellas y tomatodos vacíos. Felizmente nadie encontró jeringas usadas o alguna otra cosa de esas, me imagino el tumulto que esto hubiera generado. Pero lo que sí encontramos, o bueno encontró un grupo de amigos y me lo hizo saber fue un cangrejito que estaba tratando de cavar un hoyo bajo la arena. Me preguntaba si a él, dentro de su instinto, le incomodaba o le dificultaba tener tanta basura en su hábitat natural.

Muchas personas creen que es un juego, pero creo que poco a poco dejarán de creerlo. La misma madrugada de ayer reportó una preocupante cifra de 32 °C. Pero, me preguntarán, ¿Elías, que podemos hacer? Simple, tal como nosotros, haz todo lo posible para hacer que las personas crean que el mundo es importante. Tal como ocurrió en "Playa Venecia", algo que algunos no notaron, fue que la gente nos observaba de una manera detenida. Ya queda en el azar si es que apreciaban nuestra labor o no, pero de lo que estoy totalmente seguro es que al menos le revoloteamos la cabeza un poco y están a un paso más de cambiar de opinión al momento de dejar una botella, sea de plástico de vidrio, en el suelo; o de dejar desechos en las playas bajo el argumento de que nadie vive ahí. Específicamente nadie ejerce domicilio en la playa, ningún humano que yo sepa, pero sí hay vida, y esta no desmerece un cuidado.

RELACIÓN CON LAS 7 EXPERIENCIAS CDD:

Trabaja en comunidad: Como es evidente, y como se da en todas las experiencias de este blog, los trabajos fueron realizados íntegramente en comunidad. Colegio, promoción, salón y grupo de 4.

Siente con la iglesia y el mundo: El calentamiento global y la acumulación de basura en las playas de Lima es un problema que nos viene dando que hablar desde hace ya mucho. Por lo que la actividad hace caso totalmente a esta experiencia.

Se compromete y se esfuerza: El compromiso y el esmero que se le dio a la realización de la actividad se vio presente y evidente. Como usualmente se da.

Lidera con inspiración: Esta vez también me tocó aplicar mi estilo de liderazgo para que el grupo pueda salir adelante







domingo, 1 de marzo de 2015

Bitácora N° 13: Teoría de la Felicidad

Había llegado al fin el primer día, desperté con ganas de quedarme en cama, pero eso no me paró para poder alistarme, tampoco los mil mensajes que habían en el grupo de chat, pero ese no es el caso. Nos encontramos, y decidimos abordar un micro, o bus, que por un sol nos llevaría a los confines del centro de Lima, a la Av. Abancay para ser más exactos, principal avenida llena de comercio que transpiraba euforia y algo de desorden, aparte de smog claro. Bajamos en el último paradero de la mencionada avenida, el cual nos dejaba a aproximadamente a 5 cuadras del hogar, nada muy difícil. 

Ya nos conocían dentro del hogar, por lo que no fue necesaria una mayor introducción al momento de tocar el timbre. Un simple "somos los chicos del colegio San Agustín" bastaba. Habíamos llegado ya y esperamos en la sala de bienvenida, donde el Sr. Santiago nos había hablado la vez anterior y donde Sor Yrma también lo habría hecho. Esta visita tenía algo diferente, no íbamos a hablar con algún miembro del personal, íbamos de frente a realizar el taller. Muchas preguntas rondaban por mi cabeza, en base a las pautas y recomendaciones del hermano, como: ¿Serán amigables? ¿Tratarán de tomarnos el pelo? ¿Creerán que solo vamos por pena?. Creo que estas preguntas son típicas al momento de tratar con nuevas personas que tienen una situación muy diferente a la tuya. Pero estas no fueron problema alguno ya que, apenas Sor Yrma nos dirigió al salón, habían tres personas sentadas. Hubo un silencio incómodo, hasta que rompimos el hielo, y nos introducimos. Sinceramente salió mejor de lo que pensé.

Me acuerdo perfectamente de cada uno de ellos, y de los que se integraron en clases posteriores. Pero como en el momento solo estoy hablando de la primera clase, sería bueno mencionarlos. Eran tres hombres, uno de estatura alta, otro de media y otro de baja; sus nombres eran Eddie, José y Dionisio. Los dos últimos se mostraron algo tímidos, y Eddie se dejó notar debido a su soltura para hablar desde el primer momento, hizo que sus compañeros se presentaran después de él y nos dijo textualmente que todos ellos estaban dispuestos a colaborar con nosotros, un bonito detalle.

Nos contaba que desde muy pequeño vivía en Lima, aunque olvidó mencionar su ciudad de origen. Pero parecía norteño, quizás de La Libertad o Lambayeque, tengo familia allá, lo que me hace más fácil determinar el origen de una persona por sus rasgos. Nos contaba él que desde muy pequeño le gustaba la historia, que aborrecía la matemática y que lo conocían por el sobrenombre de "La Flor de Papa". Ante esto todos nos quedamos extrañados y fue así como le pregunté el por qué de ese apodo, resulta que en sus épocas de oro solía cantar esa canción cantada por El Trovador Andino, Paulino Rebaza Rodriguez. Las risas fueron inevitables por parte de sus compañeros y por consiguiente de nosotros. Luego de eso, nos contó un poco de lo que era su vida como taxista:

-Eran los 90's por ahí, y la cosa es que, ¿Conoces el mercado de Frutas, el que está por Circunvalación?
-Claro, vivo por ahí.
-Ya, mira te contaré lo que pasó. Había pasado toda la noche trabajando, y justo ahí donde te cuento una chica se me atraviesa por el camino, y por imprudente ella, la llego a atropellar. Quedé con la mente en blanco y no sabía que hacer, hasta que la ambulancia llegó.
-Y, ¿Qué pasó? ¿Se salvó?
- Lamentablemente, no. Fue una pena

Los demás no ahondaron mucho en lo que respecta a su vida o su pasado, quizás porque no fue tan bueno, es totalmente comprensible. Después del primer día, conocimos a más albergados, entre los que se encontraban Alex, un joven de 24 años que siempre se mostraba contento y atento a lo que hablábamos; Sabino, un señor de casi ya 50 años, de origen cuzqueño, nunca olvidaré lo que nos dijo con respecto a nuestro futuro, a lo que debíamos tener en cuenta y la importancia de tomar buenas decisiones, se le veía sincero al momento de decir eso, y ese día durante el feedback hablamos mucho de eso; y por último José Luis, un señor que bordeaba los 60, artista gráfico de profesión. Él nos contó que desde muy pequeño era un fiel seguidor de Dios, que iba a apoyar a la misa como acólito, pero no ahondó en más.

Con el pasar del tiempo las clases fueron totalmente fluidas, a partir del cuarto día aproximadamente todo fue mucho más fácil de lo que creí. Nunca pude imaginar que trabajar con personas mayores podría resultar más cómodo que trabajar con niños, pudimos saltar la valla que el hermano nos puso al momento de asignarnos este grupo.

Un día de esos, Sor Yrma volvió a expresar su eterna gratitud con nosotros y su deseo de que sigamos acompañándolos durante el año apoyando al hogar. Es por esto que nos permitió participar también el programa Camilos Vida como labor adicional, cuidando bebés de padres diagnosticados, que gracias a un sistema de inhibición de leche materna podían nacer sanos. Fue una muy buena experiencia también, aunque no haya pertenecido al proyecto eje, creo que vale la pena mencionarla. 

Una dificultad que se nos presentaba en ocasiones era que en algunos momentos no captaban completamente las ideas que queríamos transmitirles, por lo que tuvimos que recurrir a algunas dinámicas que fueran un poco más amenas y que se relacionen por lo menos un poco con lo que estábamos viendo en el taller. Por poner un ejemplo, jugar al conocido ritmo a gogó para hacerles comprender la forma en que usamos la memoria para generar conocimiento en distintas ocasiones. Al que más le costaba entender era a Dionisio, pero poco a poco fue superando esta limitación y demostró su valía, algo que cabe resaltar. A partir de esa situación surge una cuestión: ¿Hasta qué punto nuestra metodología le habría ayudado a comprender mejor lo que es el conocimiento, específicamente obtenido por la memoria?

Tratábamos siempre de hacer una charla al final de cada clase, una especie de feedback de todo lo que habíamos hecho, recordar las dinámicas, mencionar lo aprendido, algo típico. Pero hasta que un día recuerdo perfectamente que Eddie y Sabino nos pidieron un espacio para decir unas palabras. Recuerdo que Sabino, hablando con sus propias palabras, nos recordó lo agradecidos que estaban todos con nosotros. Eddie mencionó que nosotros les dábamos esperanza, les dábamos esperanza al ellos ver que un grupo de jóvenes (que a propósito  pensaba que eramos  un grupo de universitarios) se preocupaban por ellos y dedicaban algo de su tiempo a personas que entre comillas son marginadas en la sociedad. A partir de ese momento supe que habíamos cumplido nuestra misión, habíamos hecho que de verdad crean que nosotros creíamos que eran personas totalmente capaces como nosotros de realizar sus sueños, cosa que en efecto llegamos a creer, yo desde el comienzo, algunos con el tiempo, pero todos al final. Me llené de emoción ese día y tomar la 23 B en el sol de la Av. Abancay a las 12:00 pm no podía opacarla. 

Es una buena oportunidad para mencionar que es la primera vez que recolecto tantas experiencias en un solo proyecto, durando menos que quizás otros, aquí pude darme cuenta de nuestra misión de nuestros ciudadanos del futuro. Hay tantas historias que contar, algunas que no me dejarían poner aquí por cuestiones de espacio y otras que solo te las podría contar en persona. De verdad fue fascinante. Espero poder reunirme con mis compañeros y poder visitarlos algunos sábados, días libres para ellos, para poder mantenernos en contacto y mantener viva la llama de la esperanza en sus corazones. Quizás traiga a nuevos compañeros que puedan ayudarnos, pero eso ya lo veremos.

Vinculación con los ocho objetivos CAS

-Emprender nuevos desafíos: En sí , todo el proyecto fue un desafío, desde pensar que íbamos a hacer hasta realizarlo. Pero al final valió la pena.

-Desarrollar nuevas habilidades: Creo que todo el desarrollo del proyecto me permitió desarrollar la habilidad de saber tratar a las personas, no importa su condición o situación, en cualquier momento. Algo que definitivamente me servirá en un futuro.

-Trabajar en colaboración con otras personas: Evidentemente, el trabajo en comunidad fue clave dentro del desarrollo y aplicación del proyecto "Teoría de la Felicidad" , realizado en el hogar San Camilo.

-Mostrar perseverancia y compromiso personal en sus actividades: Creo que todos llegamos a cumplir este objetivo debido a que sin este el proyecto no hubiera podido ser realizado de la mejor manera.