domingo, 13 de septiembre de 2015

Bitácora N°18: Nuestros caminos divergen, por ahora.

No iba a ser una salida de aquellas, aparte de ser la última de todas en nuestras vidas escolares, sería la primera en la que me tocaría asumir el rol de coordinador, sería la primera vez que cargaría una salida en mis hombros. Esta responsabilidad, quiero creer, que no me fue asignada arbitrariamente. Tenía una semana exactamente para ver que esta salida a Llanavilla se diera de la mejor manera posible, tenía que ver que cada equipo de cada grado tenga sus materiales listos, así como también estimularlos para que sus clases fueran lo más dinámicas posibles y así los niños pudieran llevarse un buen recuerdo de nosotros.

Dejando todo listo

La labor del coordinador empieza cada bimestre, y a pesar de que en mi caso haya sido diferente. Considero que desde un primer momento que acepté tomar este reto, sabía que sería difícil, tal como lo había visto con otros compañeros que estuvieron en el mismo lugar en el que me tocó estar. Me sentí tocado, por la oportunidad de crear una nueva historia. Ya había  coordinado un salón, ya había enseñado ToK en un albergue,  pude correr una distancia que a primera vista me pareció descabellada. No podía esperar menos de lo que me deparaba.

Contingencias de último minuto

Durante la organización de la actividad, así como también durante su desarrollo, existieron distintos problemas. Problemas que lejos de entorpecer la actividad considerablemente, nos ayudaron a pensar críticamente acerca de como podíamos dejarlo todo verdaderamente en un día tan importante como nuestra última salida de todas. Así, me encontraba dejando todo listo, tranquilamente el viernes por la noche. Cuando la coordinadora de la sección F me manda un mensaje que parafraseándolo dice lo siguiente: "Queridos amigos, hay un problema, no sé si tengan conocimiento de ello pero tendremos que dividirnos los salones. A nosotros nos tocan los 3 grados mayores y a ustedes los 3 menores", Al comienzo me sentí iracundo, pero luego me di cuenta que esa noticia debí haberla sabido y socializado antes, pero un error de comunicación no lo hizo posible.

Es así como 13 personas se quedaron en el aire, sin nada que hacer prácticamente durante la actividad, aparte de apoyar a los otros salones. Hasta que nuestro coordinador CAS me motivó a inspirar a mis compañeros a hacer algo jamás pensado, formar el primer escuadrón de limpieza de Llanavilla. Fue así como mediante una simple publicación en el muro del salón pude conseguir formar un equipo de aproximadamente 7 personas, trayendo cada uno insumos de limpieza, que pudiera realizar las labores correspondientes. Y todo de un día para otro.

El mismo día, llegamos todos, no hacía frío ni calor, todo pintaba bien. Hasta que vimos que solo habían 4 salones habilitados, y que la otra sección ya había tomado su parte. ¿Qué podíamos hacer? Esperar un milagro y que la directora venga no era una opción, así que decidí buscar a alguna persona que nos pueda ayudar, así fue como encontré  a un amable señor que presumo era el encargado, quien al preguntarle si podía abrir un par de salones más , me ayudó sin dudarlo. Problema resuelto.

De como nos fue

Las clases se llevaron de una manera adecuada, fueron lo suficientemente dinámicas, y los niños la pasaron muy bien. Como coordinador, aunque muchas veces siento que fui muy espectador, también siento que cumplí mi parte como miembro de la comunidad, al controlar los tiempos, motivar a todos a ser dinámicos con las clases, al ayudar a la miss encargada del biohuerto, al ayudar a Fabrizio a llevar un balde lleno de arena y entre muchas cosas más. El punto de todo esto, pude darme cuenta luego, no era el reconocimiento, no era esperar ovaciones  como: "¡De verdad lo hizo muy bien!". Aunque aún me cueste ir en contra de mi propia corriente, agradezco que estas experiencias me toquen tan profundamente, que me motiven a hacer cosas que nunca me hubiera creído capaz de hacer.

La salida para mí fue un éxito rotundo, pude experimentar ese rol que tanto había admirado, el de coordinador de salida. Definitivamente volvería a coordinar una salida, volvería a aceptar el reto de nuevo en mis hombros. Siempre mirando hacia adelante, hacia el progreso. Algo que también quisiera destacar es como pude adquirir una mayor conciencia de mis propias cualidades como líder que puede llegar a inspirar dentro de un proyecto tan chico y tan grande como son los talleres de inglés en el colegio Santa Rosa de Llanavilla.

Baños limpios, niños felices, suelo sin arena, todo listo. Me despido.





domingo, 7 de junio de 2015

Bitácora N°17: Creando zonas seguras

Siempre consideré que pintar era una labor relativamente fácil. Solo abrías la lata de pintura, la mezclabas bien, preparabas el área a pintar y procedías a pintar. Nunca estuve tan equivocado en toda mi vida. Fui parte del equipo encargado de pintar los círculos de seguridad por dos sábados seguidos en el patio principal de Llanavilla, la primera vez junto a la comunidad de mi salón y la segunda vez junto a mis compañeros de la sección D.

De verdad para mí fue toda una odisea tener que hacer lo que muchas veces no me había atrevido a hacer por miedo a no hacerlo bien. Pero esta vez fue diferente, sentía mucho entusiasmo de poder aprender a hacer algo nuevo como es pintar, aunque sean círculos de seguridad, pero de todas formas era pintar. Teníamos las dos latas de pintura compradas, cuatro brochas medianas y un desatornillador para abrir las latas. 

Cuando llegamos, cuatro de  nosotros (incluyéndome) empezamos con las labores, no sabíamos ni siquiera como abrir las latas de pintura, pero con un poco de ayuda de Giuseppe (el profesor que nos acompañó) nos dimos cuenta que no era tan difícil como parecía. Lo único que faltaba antes de pintar era conseguir un balde para mezclar la pintura, cuando ya tuvimos todo listo procedimos a poner la masking tape formando un círculo, el primero de todos. 

Mientras que yo y mis tres otros compañeros que me ayudaban pintábamos los demás desarrollaban sus clases con normalidad. Felizmente ya había dejado la sesión de mi salón lista, solo para que mi grupo se encargue de ejecutarla y llevar la clase como si nada. La planificación eficaz fue vital para que esto sucediera.

Quedaba un círculo y media hora de tiempo, estábamos contra el reloj. Así fue como trabajando rápidamente pudimos dejar tres círculos de seguridad listos en el patio de Llanavilla, el siguiente reto era dibujar y pintar los otros tres para la próxima semana. 

El reto quedaría en mis manos al ser el único que podía ir el día de ayer de nuevo a Llanavilla, iría junto con la sección B y la sección D, ellos desarrollarían sus clases con normalidad. Llegué, cargando la lata de pintura que nos sobró de aquella vez, el balde donde preparamos la mezcla el mismo día, y las mismas cuatro brochas, que ni siquiera sabía por qué había llevado. Me di cuenta después que llevarlas todas no fue en vano.

Empecé a delimitar el área del primer círculo de la faena, yo mismo, sin ayuda de nadie, con la cinta que tenía. Cuando de repente viene Renato Loayza y me ofrece ayuda, de verdad la necesitaba, así que acepté. Renato me ayudó a delimitar mejor el círculo, una segunda cabeza siempre puede afinar lo que la otra ya hizo, para hacer juntos un mejor trabajo.

¿Hasta qué punto puedo afirmar que las coincidencias de verdad existen y que nada está planeado?

No creo que haya sido una simple coincidencia cuando me dijeron que tres grupos de la sección D no tendrían clases porque todos los niños habían faltado. Lo primero que se me vino a la cabeza fue una sensación de alivio y a la vez de tensión, porque no sabía si me ayudarían o no. Varios chicos se acercaron a ver qué estaba haciendo junto a Renato, hasta que Carlos Huaraca, Santiago Chahuara y casi todos los que no tenían clases empezaban a ayudarme a pintar el primer círculo del día..

El primer círculo del segundo día estaba listo, dos más para la lista. Recuerdo que algunos de ellos fueron a limpiar los salones, no sé si porque ya no querían ayudarme o porque buscaron algo más que hacer para aprovechar el tiempo. Bueno, el punto es que pudimos pintar los otros dos círculos en el tiempo asignado, de hecho, casi me deja el bús. Me fui satisfecho, cansado y orgulloso de mí mismo, de haber aprendido a pintar y a liderar a un grupo de personas con las que no estaba acostumbrado a trabajar.

Para muchos esos seis círculos de seguridad no signifique nada, quizás ni para los propios niños. Pero me gusta pensar que al menos una persona vea la bondad del trabajo que mi comunidad y yo realizamos. Fue una grata experiencia de verdad. A partir de esto también surge otra cuestión: ¿De qué manera las pequeñas cosas hacen la verdadera diferencia en nuestro mundo? En un mundo lleno de grandes cosas yo creo que tuvieron que existir pequeñas primero para que sea el mundo que tú y yo conocemos. 







miércoles, 27 de mayo de 2015

Bitácora N° 16: Hora de correr

Es una tradición legendaria para los alumnos de la promoción en nuestro colegio realizar un recorrido casi heroico desde el convento de San Agustín hasta las puertas de nuestro colegio. Desde que comenzó el año, debo confesar, me sentía con miedo y nervios a la vez, conociendo mi capacidad física pensaba que nunca podría hacerlo. Nunca pude estar tan equivocado en toda mi vida.

La preparación

Recuerdo que desde la primera clase de educación física profesores como Jorge Tong vaticinaban el evento, lo difícil que sería, la responsabilidad de la promoción de hacerlo, entre otras cosas. Me empezaba a sentir presionado. Así fue como, en un martes de tutoría de cuarenta minutos, toda la promoción se reune en la sala de audiovisuales para que nos puedan dar las especificaciones de la carrera. Hubo un gran giro, inesperado y que por suerte me dio cierto consuelo, la carrera no sería desde el convento, sino que desde el Pentagonito. La distancia era un poco más corta, lo que despertó un obvio sentimiento de discrepancia entre las personas más deportistas (o egoístas) que sabían que podían correr la primera distancia planteada. 

A partir de ahí, comenzó la preparación. Todos los martes en horas de educación física nos dedicábamos a correr por todo el colegio; como para ir adaptando nuestro cuerpo, nuestros zapatos, y nuestra mentalidad para la carrera, algo que de hecho me pareció una buena estrategia para empezar. Comencé flojo, no hacía actividad física constante desde las vacaciones de verano, mi cuerpo se sentía pesado y desganado. Pero poco a poco me fui soltando, obteniendo más resistencia, todo andaba mejor.

Llegó la hora

Una semana antes del 23 de Mayo, todos estábamos muy emocionados. De hecho, yo también, aunque no podía evitar sentir miedo todavía. Los días fueron pasando, la ceremonia de inauguración de las olimpiadas estaba cada día más cerca. Mis zapatillas estaban listas, limpias y en perfecto estado, listas para los más de 5 kilómetros que iríamos a recorrer el sábado.

La cita era a las 10 de la mañana, así poco a poco todos fueron llegando, y cuando ya todos estábamos ahí, solo nos quedaba esperar a los directivos, quienes abrírían la ceremonia. Habiendo llegado ellos, se pasó a empezar con la ceremonia. Nunca me había tomado tan en serio una ceremonia en la que todos buscaban motivarnos a acabar la carrera, muriendo o no en el trayecto. Es así como todos nos formamos, con dirección a dar la primera vuelta al pentagonito. Traté de empezar tranquilo, tratando de ir a mi ritmo pero sin perderme, algo que a la larga dio resultado al ver a todos mis otros compañeros ya agitados.

Como jugando, ya habíamos recorrido todo el Pentagonito, no sé como lo hice pero tuve una de las mejores sensaciones que jamás he tenido, lo estaba logrando. Aunque faltara todavía un buen tramo, yo me sentía con energías, ni necesidad de tener agua tuve, y seguí adelante. A veces me pregunto ¿Podrá la emoción llevarnos a romper paradigmas acerca de nuestras verdaderas capacidades? Digo esto porque, el ambiente era tal, que ignoraba todo lo que se atravesaba por mi camino y seguía con mi carrera

Definitivamente ahora soy más consciente de mis verdaderas capacidades y estoy convencido de que la fuerza de voluntad puede mover montañas, o quizá hacer correr más de 4 kilómetros a una persona que se cansa corriendo 400 metros, como me pasó a mí. Definitivamente fue uno de los desafíos más grandes que se me han planteado en toda mi vida. Es cierto que requirió muchísimo sacrificio de mi parte como también mucha perseverancia en la preparación, pero al fin y al cabo, todo valió la pena. Pude hacer lo impensable, lo que cualquiera hubiera pensado que podría hacer, y con eso es con lo que me quedo de esta experiencia.



domingo, 19 de abril de 2015

Bitácora N° 15: ¡De vuelta a Llanavilla!

Habían sido meses sin vernos ya. Hoy, toda la promoción habría regresado a Llanavilla; con pilas recargadas, nuevos coordinadores, nuevos proyectos (en nuestro caso no, nos mantenemos con Inglés) y con lo más importante, las ganas de trascender. 

Este año a mi salón le tocó de nuevo desarrollar los talleres de Inglés para primaria, de 1ro a 6to grado, a mí me tocó estar en el grupo de quinto de primaria; junto a José, Adrián y Valeria, todos buenos amigos míos. Los grupos de profesores no eran tan grandes como los del año pasado y los grupos de alumnos tampoco, se habrían reducido a un solo grado por clase; algo que, debo mencionar, me pareció excelente, debido a que la organización y desarrollo de las clases es mucho más eficiente cuando menos personas tienen que cuidar a menos alumnos por salón.

La primera tarea a realizar fue hacer el sílabo de todo el año y la primera evaluación de entrada, que de hecho no fue tan díficil. Por suerte, este año todos tendríamos temas bases de los que partirían el vocabulario y la gramática a enseñar durante todo el año dependiendo del grado. Para esto cada grupo del año pasado debía diseñar una prueba de entrada para el grado que le tocaba este año, por eso a mí y a mi grupo nos tocó diseñar la prueba de 4to y 5to grado.

Cabe mencionar la participación activa que tuvieron (y espero que sigan teniendo) los coordinadores principales del proyecto (Rodrigo, Oswaldo, Andrea y Daira) dentro de lo que es el campo de las redes sociales. Cada noche me llegaban notificaciones de cada uno de ellos en diferentes casos haciéndonos recordar nuestras asignaciones dentro del proyecto, como la entrega de permisos o la realización de los sílabos y evaluaciones de entrada. Actitud que me parece es muy destacable.

La semana acababa y ya se acercaría el sábado. Llegó el sábado, alisté mis cosas y me dirigí al colegio, debo admitir que no estaba tan entusiasmado. Cuando llegué, mis compañeros y profesores estaban reunidos en el patio del pabellón al frente de mi salón, habían llegado todos menos solo una persona, cosa que no había visto antes. Solo por las dudas, me reuní con mi grupo y repasamos todo lo que iríamos a hacer, todos lo tenían claro, dejándome más tranquilo. Después de esto subiríamos al bus junto con los chicos de la sección F y nos dirigiríamos hacia Llanavilla, tras 4 o 5 meses.

Volví a sentir la atmósfera de Llanavilla, la alegría que contagiaba y los recuerdos que me traía basaban el éxtasis por el que pasaba. Primero les tocó desarrollar sus talleres de Ciencias Divertidas a mis compañeros de la F y luego nosotros pasamos a realizar nuestras clases. Nuestro salón es el que está al lado del podio de formación, es un lugar fresco y relativamente alejado del bullicio del patio principal.

Un reto surgió, habíamos traído en el bus una gigantografía enorme que decía, según recuerdo: "Santa Rosa de Llanavilla participa del proyecto Ciudad de Dios". Era un cartel muy vistoso y transmitía un mensaje de amor y trascendencia. Ahora, el reto era idearse alguna manera de poder colgarlo en la pared que da a la carretera, al lado de la puerta principal. Formamos un grupo improvisado y nos pusimos a trabajar. La nueva directora (que conocí hoy) nos prestó un pedazo largo de alambre y un martillo, la idea era cortarlo para poder hacer que se sostenga en las columnas sin que se caiga, todo un trabajo de ingeniería, que al final tuvo un buen resultado.

Empezamos tarde las clases, por lo que tuvimos que omitir parte de la introducción y pasar de frente a tomar la prueba de entrada, cuyos resultados no eran tan buenos como esperaba pero creo que son mejorables con mucho trabajo y dedicación. A eso de las 10:45 viene Daira y me dice que solo teníamos hasta las 11:15, todo nuestro plan cronológico se hacía trizas frente a mis ojos. Pero como coordinador, decidí que hagamos la dinámica del día mientras revisaba las pruebas de entrada, así ganaríamos tiempo y los chicos se podrían ir felices.

Las clases salieron bien, y ya quiero que nos toque ir de nuevo a Llanavilla. Siento que este año será mucho mejor al año pasado en lo que corresponde a nuestros talleres, todo está mucho mejor planificado y ya tenemos "cancha" para dar lo mejor de nosotros mismos en un lugar donde ya hemos trabajado. Me alegro de que poco a poco puedo reconocer mis cualidades para a partir de ellas crecer como persona a través del proyecto.

Conteo de palabras: 750

RELACIÓN CON LAS 7 EXPERIENCIAS CdD:

Lídera con inspiración: Me había tocado de nuevo asumir el rol de coordinar un salón para un solo grado e inspirar a mis compañeros a poder trascender. Cosa que creo que logramos en esta clase y espero podamos seguir haciendo durante el desarrollo de todo el proyecto.

Trabaja en comunidad: Desde la instalación de la gigantografía, hasta la planificación de las clases y el mismo desarrollo de las mismas evidenciaron un trabajo en equipo que, debo admitir siento más fuerte este año en comparación al año pasado, algo que cabe resaltar.

Organiza actividades: Esta experiencia se ve reflejada en la realización de los sílabos, las pruebas de entrada y las dinámicas a realizar en clase.

Conocerse,aceptarse y superarse: Esta experiencia se evidenció mucho más en el asunto de la gigantografía. No sabía mucho de herramientas ni materiales pero con el apoyo de mis compañeros pude llegar a cumplir la tarea, superándome y desarrollando nuevas habilidades.


Imágenes:







domingo, 22 de marzo de 2015

Bitácora N° 14: ¡Y nos fuimos a la playa!

El otoño nos recibió con una llovizna fuerte por la mañana allá en Llanavilla. Tuve que levantarme temprano, recién sacar el nuevo polo CdD de este año, sacar mi tomatodo de la congeladora, ponerme el bloqueador, y todo para que lleguemos y el agua casi nos llegue a los talones. Eso no fue impedimento para que todos llenos de alegría y unidos como promoción (era la primera vez que veía a tanta gente sobre el podio donde la directora se paraba a hacer las formaciones), podamos presenciar la apertura de la nueva biblioteca construida. Me quedé sorprendido al ver la labor de mis compañeros de la F, y también feliz de haber contribuido también con su construcción habiendo ayudado a la labor de pintado interior.

La tarea del día era limpiar la playa que estaba al fondo del colegio. Era algo que no fue tan distante de mí, ya que el verano pasado también limpiamos junto a mis compañeros una playa que está un poco más al norte que la que limpiamos ayer. Es por esto que ya sabía con lo que posiblemente nos podríamos topar al adentrarnos en la mencionada playa. Ya sabía que los guantes eran necesarios, por lo que le pedí a mi padre unos guantes de cuero que usaba durante su época de marino para poder llevar la actividad sin lastimarme o contaminarme.

Al llegar, nos organizamos todos en los 6 salones, y cada uno teniendo designada un área de limpieza empezamos con la faena. En mi grupo nos encontrábamos Sergio, Aarom, Darío y yo. Y así, nos pusimos a trabajar, aunque el sol no quemara, el bochorno estaba presente, empezábamos a sudar todos; a llenar nuestros pies de arena, algunos a ensuciarse lo que había sido un pulcro polo blanco.

Recuerdo que al momento de llevar una bolsa al centro de acopio, llevé una bolsa llena de basura. Fue cuando una compañera mía dijo que me ensuciaría el polo. Recuerdo textualmente que le dije: "Si este polo no se ensuciara, no valdría la pena". Lo mejor y lo más increíble fue que lo dije espontáneamente. Fue ahí donde me cuestioné si ya le había encontrado un propósito a todo lo que hacemos. Todavía no respondo esta pregunta, pero espero hacerlo.

Tocaban ya las 12 y todos estábamos cansados, todas las botellas y tomatodos vacíos. Felizmente nadie encontró jeringas usadas o alguna otra cosa de esas, me imagino el tumulto que esto hubiera generado. Pero lo que sí encontramos, o bueno encontró un grupo de amigos y me lo hizo saber fue un cangrejito que estaba tratando de cavar un hoyo bajo la arena. Me preguntaba si a él, dentro de su instinto, le incomodaba o le dificultaba tener tanta basura en su hábitat natural.

Muchas personas creen que es un juego, pero creo que poco a poco dejarán de creerlo. La misma madrugada de ayer reportó una preocupante cifra de 32 °C. Pero, me preguntarán, ¿Elías, que podemos hacer? Simple, tal como nosotros, haz todo lo posible para hacer que las personas crean que el mundo es importante. Tal como ocurrió en "Playa Venecia", algo que algunos no notaron, fue que la gente nos observaba de una manera detenida. Ya queda en el azar si es que apreciaban nuestra labor o no, pero de lo que estoy totalmente seguro es que al menos le revoloteamos la cabeza un poco y están a un paso más de cambiar de opinión al momento de dejar una botella, sea de plástico de vidrio, en el suelo; o de dejar desechos en las playas bajo el argumento de que nadie vive ahí. Específicamente nadie ejerce domicilio en la playa, ningún humano que yo sepa, pero sí hay vida, y esta no desmerece un cuidado.

RELACIÓN CON LAS 7 EXPERIENCIAS CDD:

Trabaja en comunidad: Como es evidente, y como se da en todas las experiencias de este blog, los trabajos fueron realizados íntegramente en comunidad. Colegio, promoción, salón y grupo de 4.

Siente con la iglesia y el mundo: El calentamiento global y la acumulación de basura en las playas de Lima es un problema que nos viene dando que hablar desde hace ya mucho. Por lo que la actividad hace caso totalmente a esta experiencia.

Se compromete y se esfuerza: El compromiso y el esmero que se le dio a la realización de la actividad se vio presente y evidente. Como usualmente se da.

Lidera con inspiración: Esta vez también me tocó aplicar mi estilo de liderazgo para que el grupo pueda salir adelante







domingo, 1 de marzo de 2015

Bitácora N° 13: Teoría de la Felicidad

Había llegado al fin el primer día, desperté con ganas de quedarme en cama, pero eso no me paró para poder alistarme, tampoco los mil mensajes que habían en el grupo de chat, pero ese no es el caso. Nos encontramos, y decidimos abordar un micro, o bus, que por un sol nos llevaría a los confines del centro de Lima, a la Av. Abancay para ser más exactos, principal avenida llena de comercio que transpiraba euforia y algo de desorden, aparte de smog claro. Bajamos en el último paradero de la mencionada avenida, el cual nos dejaba a aproximadamente a 5 cuadras del hogar, nada muy difícil. 

Ya nos conocían dentro del hogar, por lo que no fue necesaria una mayor introducción al momento de tocar el timbre. Un simple "somos los chicos del colegio San Agustín" bastaba. Habíamos llegado ya y esperamos en la sala de bienvenida, donde el Sr. Santiago nos había hablado la vez anterior y donde Sor Yrma también lo habría hecho. Esta visita tenía algo diferente, no íbamos a hablar con algún miembro del personal, íbamos de frente a realizar el taller. Muchas preguntas rondaban por mi cabeza, en base a las pautas y recomendaciones del hermano, como: ¿Serán amigables? ¿Tratarán de tomarnos el pelo? ¿Creerán que solo vamos por pena?. Creo que estas preguntas son típicas al momento de tratar con nuevas personas que tienen una situación muy diferente a la tuya. Pero estas no fueron problema alguno ya que, apenas Sor Yrma nos dirigió al salón, habían tres personas sentadas. Hubo un silencio incómodo, hasta que rompimos el hielo, y nos introducimos. Sinceramente salió mejor de lo que pensé.

Me acuerdo perfectamente de cada uno de ellos, y de los que se integraron en clases posteriores. Pero como en el momento solo estoy hablando de la primera clase, sería bueno mencionarlos. Eran tres hombres, uno de estatura alta, otro de media y otro de baja; sus nombres eran Eddie, José y Dionisio. Los dos últimos se mostraron algo tímidos, y Eddie se dejó notar debido a su soltura para hablar desde el primer momento, hizo que sus compañeros se presentaran después de él y nos dijo textualmente que todos ellos estaban dispuestos a colaborar con nosotros, un bonito detalle.

Nos contaba que desde muy pequeño vivía en Lima, aunque olvidó mencionar su ciudad de origen. Pero parecía norteño, quizás de La Libertad o Lambayeque, tengo familia allá, lo que me hace más fácil determinar el origen de una persona por sus rasgos. Nos contaba él que desde muy pequeño le gustaba la historia, que aborrecía la matemática y que lo conocían por el sobrenombre de "La Flor de Papa". Ante esto todos nos quedamos extrañados y fue así como le pregunté el por qué de ese apodo, resulta que en sus épocas de oro solía cantar esa canción cantada por El Trovador Andino, Paulino Rebaza Rodriguez. Las risas fueron inevitables por parte de sus compañeros y por consiguiente de nosotros. Luego de eso, nos contó un poco de lo que era su vida como taxista:

-Eran los 90's por ahí, y la cosa es que, ¿Conoces el mercado de Frutas, el que está por Circunvalación?
-Claro, vivo por ahí.
-Ya, mira te contaré lo que pasó. Había pasado toda la noche trabajando, y justo ahí donde te cuento una chica se me atraviesa por el camino, y por imprudente ella, la llego a atropellar. Quedé con la mente en blanco y no sabía que hacer, hasta que la ambulancia llegó.
-Y, ¿Qué pasó? ¿Se salvó?
- Lamentablemente, no. Fue una pena

Los demás no ahondaron mucho en lo que respecta a su vida o su pasado, quizás porque no fue tan bueno, es totalmente comprensible. Después del primer día, conocimos a más albergados, entre los que se encontraban Alex, un joven de 24 años que siempre se mostraba contento y atento a lo que hablábamos; Sabino, un señor de casi ya 50 años, de origen cuzqueño, nunca olvidaré lo que nos dijo con respecto a nuestro futuro, a lo que debíamos tener en cuenta y la importancia de tomar buenas decisiones, se le veía sincero al momento de decir eso, y ese día durante el feedback hablamos mucho de eso; y por último José Luis, un señor que bordeaba los 60, artista gráfico de profesión. Él nos contó que desde muy pequeño era un fiel seguidor de Dios, que iba a apoyar a la misa como acólito, pero no ahondó en más.

Con el pasar del tiempo las clases fueron totalmente fluidas, a partir del cuarto día aproximadamente todo fue mucho más fácil de lo que creí. Nunca pude imaginar que trabajar con personas mayores podría resultar más cómodo que trabajar con niños, pudimos saltar la valla que el hermano nos puso al momento de asignarnos este grupo.

Un día de esos, Sor Yrma volvió a expresar su eterna gratitud con nosotros y su deseo de que sigamos acompañándolos durante el año apoyando al hogar. Es por esto que nos permitió participar también el programa Camilos Vida como labor adicional, cuidando bebés de padres diagnosticados, que gracias a un sistema de inhibición de leche materna podían nacer sanos. Fue una muy buena experiencia también, aunque no haya pertenecido al proyecto eje, creo que vale la pena mencionarla. 

Una dificultad que se nos presentaba en ocasiones era que en algunos momentos no captaban completamente las ideas que queríamos transmitirles, por lo que tuvimos que recurrir a algunas dinámicas que fueran un poco más amenas y que se relacionen por lo menos un poco con lo que estábamos viendo en el taller. Por poner un ejemplo, jugar al conocido ritmo a gogó para hacerles comprender la forma en que usamos la memoria para generar conocimiento en distintas ocasiones. Al que más le costaba entender era a Dionisio, pero poco a poco fue superando esta limitación y demostró su valía, algo que cabe resaltar. A partir de esa situación surge una cuestión: ¿Hasta qué punto nuestra metodología le habría ayudado a comprender mejor lo que es el conocimiento, específicamente obtenido por la memoria?

Tratábamos siempre de hacer una charla al final de cada clase, una especie de feedback de todo lo que habíamos hecho, recordar las dinámicas, mencionar lo aprendido, algo típico. Pero hasta que un día recuerdo perfectamente que Eddie y Sabino nos pidieron un espacio para decir unas palabras. Recuerdo que Sabino, hablando con sus propias palabras, nos recordó lo agradecidos que estaban todos con nosotros. Eddie mencionó que nosotros les dábamos esperanza, les dábamos esperanza al ellos ver que un grupo de jóvenes (que a propósito  pensaba que eramos  un grupo de universitarios) se preocupaban por ellos y dedicaban algo de su tiempo a personas que entre comillas son marginadas en la sociedad. A partir de ese momento supe que habíamos cumplido nuestra misión, habíamos hecho que de verdad crean que nosotros creíamos que eran personas totalmente capaces como nosotros de realizar sus sueños, cosa que en efecto llegamos a creer, yo desde el comienzo, algunos con el tiempo, pero todos al final. Me llené de emoción ese día y tomar la 23 B en el sol de la Av. Abancay a las 12:00 pm no podía opacarla. 

Es una buena oportunidad para mencionar que es la primera vez que recolecto tantas experiencias en un solo proyecto, durando menos que quizás otros, aquí pude darme cuenta de nuestra misión de nuestros ciudadanos del futuro. Hay tantas historias que contar, algunas que no me dejarían poner aquí por cuestiones de espacio y otras que solo te las podría contar en persona. De verdad fue fascinante. Espero poder reunirme con mis compañeros y poder visitarlos algunos sábados, días libres para ellos, para poder mantenernos en contacto y mantener viva la llama de la esperanza en sus corazones. Quizás traiga a nuevos compañeros que puedan ayudarnos, pero eso ya lo veremos.

Vinculación con los ocho objetivos CAS

-Emprender nuevos desafíos: En sí , todo el proyecto fue un desafío, desde pensar que íbamos a hacer hasta realizarlo. Pero al final valió la pena.

-Desarrollar nuevas habilidades: Creo que todo el desarrollo del proyecto me permitió desarrollar la habilidad de saber tratar a las personas, no importa su condición o situación, en cualquier momento. Algo que definitivamente me servirá en un futuro.

-Trabajar en colaboración con otras personas: Evidentemente, el trabajo en comunidad fue clave dentro del desarrollo y aplicación del proyecto "Teoría de la Felicidad" , realizado en el hogar San Camilo.

-Mostrar perseverancia y compromiso personal en sus actividades: Creo que todos llegamos a cumplir este objetivo debido a que sin este el proyecto no hubiera podido ser realizado de la mejor manera.







sábado, 28 de febrero de 2015

Bitácora N° 12: ToK en San Camilo (planificación)

Algo que siempre es un tema tabú dentro de nuestra sociedad es lo que es el virus de la inmunodeficiencia humana, o como todos lo conocen, VIH. Siempre se ha pensado que cuando uno llega a contraer este virus la vida ya no vale nada y lo único que se debería hacer sería esperar la trágica muerte en manos de la enfermedad que desencadena este virus, lo que sería el Síndrome de Inmunodeficiencia humana o por sus siglas, SIDA. No puedo mentir, algo similar era lo que pensaba yo, creía que estas personas vivían lo que restaba de sus vidas de una manera angustiosa y terrible. Este pensamiento se fue el primer día que mis compañeros y yo visitamos el hogar San Camilo; ubicado en el centro de Lima, este hogar desde su fundación siempre ha luchado por la vida y por las familias que han visto de cerca la desgracia del VIH/SIDA.

Algo que siempre había querido hacer y pude hacer durante estas vacaciones es llevar algo tan cotidiano para nosotros, como lo que es el curso de Teoría del Conocimiento y orientarlo a crear esperanza en la vida de un grupo de personas que siempre han vivido marginadas por la sociedad y por ende "condenadas" a una vida llena de angustia y desasosiego. Para poder lograr tal hazaña, ejercimos una planificación y organización de temas que permitirían a los asistentes del taller tener una visión más amplia del mundo y de sus propias vidas. Esta planificación se llevó a cabo desde la aprobación del proyecto a finales del año 2014 hasta el fin del mes de enero, para ese entonces ya eramos 5 integrantes, en los que aparte de mí se encontraban mis compañeros Gerald, Anthony, Edú y Fahed. Nuestra primera opción era llevar a cabo los talleres 4 semanas, las 2 últimas de Enero y las 2 últimas de Febrero. Sin embargo, por motivos de recontratación y reincorporación de personal dentro del hogar tuvimos que realizarlos durante todo el mes de Febrero, cosa que fue un problema y a la vez un beneficio, ya que tuvimos más tiempo para planificar y llevar algo interesante al taller.

Nuestra primera visita fue en Noviembre del año pasado, fuimos a presentarle formalmente lo que constaba el proyecto al hermano Jean, el director. A partir de ahí, todos tuvimos que divisar cada detalle del hogar en orden a aprovechar todos los recursos y llevar a cabo un taller exitoso. En fin, teníamos pensado profundizar en lo que eran las 8 maneras de conocer (memoria, imaginación, percepción, etc.) como para ubicar un poco a los asistentes del taller dentro del contexto de ToK, planeando trabajar la memoria en la primera clase o día de taller. Cada tema y cada propuesta fue conversada con el director, quien nos preguntaba cosas como : ¿Como abordarían eso? ¿De qué forma harían tal? , cosa que vi como natural debido a que evidentemente buscaba que los niños aprendieran y a la vez recibieran un mensaje de esperanza. En segundo lugar, decidimos abordar la percepción como forma de conocer a través de los cinco sentidos, y por último la emoción a través de los sueños y las metas de cada niño/a. Cada clase iba a durar 2 horas, un tiempo que vimos idóneo para desarrollar cada tema correctamente dentro del contexto de ToK.


Recuerdo que en la última semana de Enero, para ser más exactos el último jueves del mes, decidimos visitar el hogar para poder condicionarnos un poco más al ambiente que este sugería. Nos reunimos y temprano llegamos a nuestro destino. Nos tocó esperar aproximadamente unos 30 minutos hasta que  por fin llegaría el Sr. Santiago, encargado de las visitas domiciliarias ofrecidas por el hogar a personas que estén con el diagnóstico. Luego de esto, nos contó un poco lo que era su historia de vida, él contaba que desde hace ya mucho venía trabajando con el hermano Jean, el director del hogar, en lo que son las visitas domiciliarias. Eran repetidas las ocasiones en que mencionaba la importancia de la labor de los jóvenes (incluyendo nuestra labor) dentro de lo que son los programas del hogar así como también de empresas privadas y ONG's. Luego de esto, nos explicó minuciosamente lo que todos los programas del hogar ofrecían, entre estos se encontraban "Camilos Vida", "T.A.R.G.A", entre otros.

Y fue ahí cuando llegó la persona que siempre nos iría a recibir todas las mañanas que asistiéramos a ofrecer el taller y quien iba a ser nuestra mejor aliada dentro del proceso, Sor Yrma. Sor Yrma es una monja , enfermera de profesión, que por años ha venido ejerciendo una labor de caridad y amor dentro del hogar, colaborando absolutamente en todo lo que corresponde a los programas ofrecidos así como también como la persona a cargo del tópico general. Jean estaba demorando mucho, pero eso no fue un problema. Mientras tanto, Sor Yrma volvió a darnos un recorrido por todo el hogar, cosa que hicimos en Noviembre pasado, y poco a poco nos hablaba de nosotros, de los jóvenes. No me puedo sacar de la mente su mirada de orgullo y de esperanza que tenía al vernos, mencionaba ella que gracias a nosotros su misión dentro del hogar llegaba a ser menos complicada de realizar. También nos presentó a la psicóloga principal, la srta. Erika Molina, una gran persona que mostró gran apoyo y apostó por nuestro proyecto. Nos comentaba lo difícil que podría ser tratar con niños cuyos padres tienen el diagnóstico, cosa que nos sirvió de mucho para preparar mejor lo que iríamos a hacer. 

Fue ese mismo día en el que recibimos una gran sorpresa, debido a un problema de saturación de actividades dirigidas a los niños, el hermano Jean nos ofreció dar el taller pero para los albergados, personas mucho mayores que nosotros, lo cual implicaba un reto. El cuál no fue difícil, pero eso ya es harina de otro costal. Tras este anuncio, nos quedamos helados, intercambiábamos miradas y no sabíamos que decir hasta que asentí y seguimos adelante con el proyecto, pero con un pequeño cambio. Se tuvieron que hacer unos cambios dentro del horario, ya no iríamos los días martes, miércoles y jueves sino iríamos los días martes, miércoles y viernes. Desde ahí solo faltaban tres días para la primera clase, era un manojo de nervios, pero respiré profundo y seguí. Luego de esto, él nos dio ciertas indicaciones referidas a la puntualidad, a la responsabilidad y al tacto que debíamos tener con los albergados.

Nos dio varios alcances de lo que era el VIH/SIDA, en orden a cultivar una mentalidad más empática dentro de nosotros y lograr un mejor desempeño dentro de los talleres. Nos explicó que lo que se conoce como VIH es parte de un proceso de enfermedad y que lo que vendría  a ser el SIDA sería solo la fase final, en la que todas las defensas se ven destruidas y, cito, hasta una alergia te podría hacer quebrarte totalmente. Asimismo, también nos indicó que las formas de contagio eran 3: La transmisión sexual (abarcando un 97% de personas contagiadas), la transmisión vía leche materna (con un 2%) y por último por malas manipulaciones o accidentes relacionados a transfusiones de sangre. Un detalle que no se le escapó fue que no debíamos tener miedo al tratar con ellos, debido a que son considerados personas marginales dentro de la sociedad, integrarse con ellos haría que crean que tienen un lugar en la sociedad, que hay personas con las quienes hablar y poder entablar un vínculo amical. A propósito de esto, recuerdo haber visto un afiche que mencionaba esta frase "El VIH no discrimina, ¿Por qué lo haces tú?", me chocó mucho, siempre había visto que estas personas eran discriminadas, y aunque no lo haya hecho nunca creo que mantenerme indiferente ante ellos tampoco fue algo muy rescatable que digamos.

Es por eso que, sin mentir, elegí este proyecto, elegí llevar algo más que ayuda material; cosa que no está mal pero a la larga no basta. Debo confesar que me siento totalmente afortunado de haber podido convencer a un grupo de amigos a que me acompañen en esta travesía. A pesar de que al principio tuvieron miedo, demostraron valentía y compromiso con el mismo, los cuáles se vieron evidenciados hasta la última clase, que fue hace muy poco. Me siento orgulloso de nosotros, nunca pensé que alguien como Anthony, que siempre era precavido y hasta algo temeroso pudiera interactuar con una persona que tuviera el diagnóstico, o que hasta yo pudiera hacerlo, cosa que cabe resaltar. 

Tras haber recibido la aprobación final del proyecto todos estábamos mucho más tranquilos y no podíamos esperar a realizar al fin la primera clase.

Relación con las experiencias CAS/CdD:

Considera las implicaciones éticas de sus acciones / Busca la verdad y actúa con coherencia: Mientras el hermano nos daba la charla pudimos darnos cuenta de lo cuidadosos que teníamos que ser al tratar con ellos, no tenía que haber ni un mínimo brote de discriminación y a la vez debíamos hacer que crean en sí mismos.

Se esfuerza y se compromete / Muestra perseverancia y compromiso personal en sus actividades: El sacrificio que realizamos todos, que va desde levantarse temprano hasta poner una buena cara siempre es algo muy resaltable y que siempre se ha visto en el transcurso del proyecto.

Emprende nuevos desafíos y desarrolla nuevas habilidades / Lidera con inspiración: Todos pudimos desarrollar el papel de líderes en ciertas ocasiones, colaborando y permitiendo que la planificación se lleve de la mejor manera en orden a realizar satisfactoriamente los talleres.

Trabaja en colaboración con otras personas / Trabaja en comunidad: Sin un trabajo de comunidad y equitativo evidentemente ninguna de estas cosas ya mencionadas pudieron haber sido posibles.